Llegando al nuevo hogar (Ikuto)

Recuerdo del primer mensaje :

El viaje había sido largo y estaba agotada. Después de comer con todos los del clan, contar las novedades y ver cómo algunos dejaban escapar algunas lágrimas por la muerte de Kaito fui a mi cuarto. Las maletas estaban vacías y colocadas junto a la puerta. Las sirvientas ya habían colocado mi equipaje. Cerré la puerta tras de mí y me quedé observando un momento la estancia. La persiana estaba medio subida y como ya era por la tarde la luz que entraba era leve, pero suficiente. La cama estaba recién hecha, con mis sábanas preferidas. Mi tocador seguía intacto, con la única diferencia de que ya había cosas sobre ella. Me tiré sobre la cama, estaba blandita, como siempre. Ahora debería sentirme feliz, pero no podía...

-Pues precisamente por eso, no le van a dejar tu proteccion a cualquiera...-le respondi y luego lo pense un momento-Pero seria un placer poder protegerte-le dije finalmente.

Off: jajaja muy buena, pero la chica que es Missa ya no usa ese cuenta y por eso me la cedio a mi, yo soy un primo suyo.

-Pues ya está. Serás mi escolta y punto.-dije dando por finalizado ese tema. En ese momento una de mis sirvientas personales tocó la puerta.
-Señorita Ichigo. Sus padres quieren verla. Es urgente, le convendría salir inmediatamente.Miré a Ikuto-Sal de aquí antes de que te vean en mi cuarto-le susurré. Salí de la cama de un salto y corrí la puerta lo justo para que sólo se me viese a mí.
-¿Dónde me esperan?
-En la salita del té, señorita.
-Ahora voy-dije comenzando a cerrar la puerta.


off: ok!!!!

Sali disparado por la ventana antes de que Ichigo abriera la puerta y espere sobre el tejado hasta que terminara. Cuando volvi a oir como cerraban la puerta me colgue para comprobar que Ichigo estubiera sola y asi era.
Volvi a entrar en la abitacion y me acerque a ella.
-A ti te reclaman y yo me debo marchar asi que ya nos volveremos a ver-le dije y luego le di un beso en la mejilla.
-No extrañes demasiado-le dije mientras volvia a coger mis cosas y me marchaba por la ventana.

Cuando cerré la puerta Ikuto volvió a entrar en mi cuarto. Se despidió y luego me dió un beso en la mejilla.
-Tranquilo, llevo dos años sin verte y aún no lo he hecho-dije para quedar bien. Aunque abmos sabíamos que no era así. Vi como se iba, cerré la ventana y corrí la persiana. Me cambié de ropa y fui a la salita del té, donde me esperaban.